
Diferencias entre ron artesanal y ron industrial
El ron es una de las bebidas espirituosas más apreciadas del mundo, un verdadero símbolo de historia, carácter y tradición. Su origen se remonta al siglo XVII en las colonias caribeñas, donde los productores descubrieron que podían aprovechar el subproducto de la caña de azúcar —la melaza— para elaborar una bebida con unas características muy peculiares. Desde entonces, el ron se ha convertido en una de las grandes referencias dentro del universo de los destilados, apreciado tanto por su versatilidad al emplear cócteles como por su capacidad de expresar transmitir una personalidad muy concreta, especialmente cuando se elabora con métodos tradicionales.
En términos generales, podemos decir que el ron se obtiene a partir de la fermentación y destilación de jugo o melaza de caña de azúcar. Posteriormente, se deja envejecer en barricas para desarrollar sus aromas, sabores y colores, dando lugar a una amplia gama de estilos, tanto desde los rones blancos más ligeros hasta los más envejecidos oscuros y complejos.
Sin embargo, no todos los rones se elaboran del mismo modo. Existen diferencias entre un ron artesanal y un ron industrial. Todo ello implica abordar distintas filosofías y relaciones con las materias primas y un distinto nivel de atención que define el carácter final de la bebida. Por este motivo, en este artículo, te mostramos cuáles son las principales diferencias entre ambos mundos y por qué cada uno ofrece una experiencia distinta en el paladar.
¿Cómo se hace el ron artesanal?
Tal como hemos mencionado más arriba, el ron artesanal se elabora a partir de la caña de azúcar, una planta tropical rica en sacarosa. El proceso comienza con el prensado de las cañas para extraer el líquido o el azúcar que contienen, del que se obtiene un líquido espeso o melaza. Este producto se cuece a altas temperaturas hasta alcanzar una textura densa, similar a la miel. Posteriormente, se mezcla con agua y levadura para dar inicio al proceso de fermentación. Durante esta fase, las levaduras transforman los azúcares naturales en alcohol, obteniendo un líquido de baja graduación que servirá de base para la destilación.
La destilación se realiza tradicionalmente en alambiques de cobre, que permiten una mejor conservación de los aromas naturales y eliminar impurezas. En algunos casos, el ron artesanal se destila una segunda o tercera vez para lograr una pureza superior. Después, el destilado se deja reposar en barricas de roble —a menudo de bourbon o de coñac recicladas—, donde madura lentamente y absorbe los taninos, el color y los matices aromáticos de la madera.
El envejecimiento puede prolongarse durante años, y cada barrica aporta un carácter particular. Finalmente, el ron se suele mezclar para equilibrar sabores y crear una firma distintiva, aunque algunos maestros especializados en la elaboración del ron pueden añadir una ligera dosis de caramelo para profundizar el color o terminar de “pulir” el sabor. Este proceso artesanal exige tiempo, atención y un profundo respeto por la materia prima, factores que se traducen en distintos tipos de ron artesanal de personalidades variadas complejas y auténticas.
Características del ron industrial
El proceso de elaboración del ron industrial comparte su esencia con el artesanal —ambos provienen de la caña de azúcar—, pero difiere en la escala, en el ritmo de producción y en el método empleado. La melaza, una vez extraída, se mezcla con agua y levadura para dar paso a la fermentación, que puede durar desde 24 horas hasta 12 días, dependiendo del tipo de ron que se busque obtener. Durante este proceso, los azúcares se van transformando en alcohol y dióxido de carbono.
La gran diferencia radica en la destilación. En el caso del ron industrial, se utiliza un sistema continuo en columnas, diseñado para maximizar el rendimiento y obtener un destilado más ligero y neutro. Este método permite producir grandes volúmenes de ron en un menor lapso de tiempo y con el objetivo principal de ofrecer un producto con una calidad constante.
El envejecimiento se lleva a cabo en barricas de roble o tanques de acero inoxidable. Cuando se envejece en madera, el ron adquiere matices dorados y notas amaderadas; en cambio, cuando se guarda en acero, se mantiene casi incoloro y con un perfil más limpio. Una vez terminada la etapa de maduración, el ron se mezcla cuidadosamente para garantizar un perfil de sabor uniforme. Antes del embotellado, se filtra para eliminar impurezas y, en muchos casos, se le añade caramelo o edulcorantes para ajustar el sabor y el color final.
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Diferencias principales entre el ron artesanal e industrial
Las diferencias entre el ron artesanal y el ron industrial son tan evidentes en su proceso de elaboración como en su resultado final. En primer lugar, la escala y la filosofía de producción marcan una línea clara. El ron artesanal se elabora en pequeñas destilerías donde los maestros especializados en su producción controlan cada etapa del proceso, buscando expresar el carácter de la caña y del entorno.
Cada uno de los lotes puede variar ligeramente dentro de unos límites, lo que permite aportar una mayor autenticidad y personalidad. Por el contrario, el ron industrial responde a una lógica más técnica, en la que prima la homogeneidad y la eficiencia, ya que involucra unos procesos más automatizados que permiten conseguir un producto más estable y reproducible en la cadena de producción.
La destilación en alambique de cobre frente a la continua en columna marca otra gran diferencia. Mientras el método artesanal retiene compuestos aromáticos que enriquecen el perfil del ron, la destilación industrial tiende a eliminar muchos de ellos, obteniendo un destilado más neutro. En consecuencia, los rones artesanales suelen presentar mayor complejidad aromática, cuerpo y profundidad, mientras que los industriales ofrecen un perfil notablemente más suave y ligero.
En cuanto al envejecimiento, los productores artesanales suelen utilizar barricas de roble previamente seleccionadas, a menudo en condiciones climáticas controladas, lo que permite desarrollar notas de vainilla, miel, frutos secos y especias. Los industriales, en cambio, pueden recurrir a barricas de gran capacidad o incluso tanques metálicos, lo que reduce la interacción con la madera y, en consecuencia, permite acortar notablemente el tiempo de maduración.
¿Qué es mejor, el ron industrial o el artesanal?
Como se suele decir en la mayoría de comparativas, la respuesta es que depende del producto que queramos producir o adquirir. El ron artesanal es mucho más auténtico, cuenta con un carácter más robusto y viene ligado a la tradición, por lo que resulta ideal para disfrutar solo o con hielo. El ron industrial, en cambio, ofrece una mayor ligereza, es más limpio y equilibrado, lo que lo convierte en una excelente opción para elaborar cócteles. Ambos estilos tienen su público objetivo, pero responden a filosofías distintas dentro del mismo arte.
En definitiva, podemos decir que tanto el ron artesanal como el ron industrial son producto de la caña de azúcar y del ingenio humano. Uno encarna la paciencia, el detalle y la herencia tradicional del oficio generación tras generación y el otro, la modernidad y la estandarización de la calidad de los productos. Y ambos, cada uno a su manera, siguen manteniendo viva la historia de una de las bebidas más emblemáticas del mundo.
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