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Cómo conservar una botella de vino tinto una vez abierta

Abrir una botella de vino tinto siempre es un momento especial, ya que sirve tanto para acompañar una cena en pareja, una comida con amigos como, simplemente, para disfrutar de una copa al final del día. Sin embargo, hay una pregunta que muchos nos hacemos justo después de descorcharla: “¿qué hago con el vino que me ha sobrado?” A diferencia de otras bebidas, hay que entender que el vino es un producto mucho más vivo, que va evolucionando desde el mismo momento en el que entra en contacto con el oxígeno

Esta es la misma transformación que permite que, al abrir la botella de vino, pueda desplegar todos sus aromas. Sin embargo, al descorcharla y dejar que la bebida entre en contacto con el oxígeno, puede, en poco tiempo, terminar arruinando su sabor y carácter originales. Por ello, conservar una botella de vino tinto una vez abierta resulta fundamental, aunque esto puede ser una tarea bastante compleja si queremos disfrutar durante más tiempo de este tipo de bebidas si no nos vamos a beber la botella entera durante las primeras horas desde la apertura. 

No hace falta ser un enólogo profesional para hacerlo correctamente, ya que basta con saber qué técnicas funcionan y qué acciones conviene evitar. Por este motivo, en este artículo te vamos a mostrar las mejores formas de alargar la vida de tu vino abierto para que cada copa se disfrute como la primera. ¡Sigue leyendo si quieres conocerlas con nosotros!

Vuelve a tapar la botella

Uno de los errores más comunes que solemos cometer al preguntarnos cómo conservar el vino tinto abierto es dejar la botella destapada durante horas o días y tratar de beberlo con posterioridad. El oxígeno, aunque necesario para que el vino respire, es su peor enemigo a largo plazo, ya que acelera la oxidación y degrada tanto el color como el aroma y el sabor. La manera más simple y eficaz de conservar vino abierto es volver a tapar la botella de inmediato.

Lo ideal es que utilicemos el propio corcho original, asegurándonos de introducirlo por la parte que estaba originalmente en contacto con el vino. Sin embargo, si el corcho está roto o simplemente queremos llevar la conservación al siguiente nivel, existen soluciones más eficaces, como tapones especiales de silicona, conservadores de vacío manuales o eléctricos e incluso sistemas más sofisticados que permiten extraer el oxígeno de la botella antes de almacenarla. Cuanto más hermético sea el cierre, durante más días podremos disfrutar del vino en condiciones óptimas.

Mete la botella en el refrigerador

A pesar de que pueda sorprender a aquellas personas que no están familiarizadas con las técnicas de conservación, una de las claves sobre cómo conservar una botella de vino tinto abierta es meterla directamente en el refrigerador. Hay que tener en cuenta que el frío permite ralentizar las reacciones químicas provocadas por el oxígeno y, en consecuencia, permite prolongar la durabilidad del vino.

Eso sí, conviene tener en cuenta que el vino tinto no se sirve tan frío como el blanco o el rosado. La temperatura de servicio recomendada suele estar entre los 12 y los 16 ºC, dependiendo de si hablamos de un vino joven, de crianza o de reserva. Por eso, lo ideal es sacar la botella del refrigerador unos minutos antes de servir para que recupere su temperatura adecuada.

Guarda la botella en posición vertical

Antes de abrir una botella de vino, todos sabemos que lo recomendable es guardarla en posición horizontal. Esto permite mantener el corcho en contacto con el líquido y evitar que se seque. Sin embargo, cuando ya hemos descorchado y nos planteamos cómo conservar botella de vino abierta, la regla cambia.

En este caso, lo más recomendable es mantener la botella en posición vertical. De este modo, podemos reducir la superficie de vino que queda en contacto con el aire, lo que ralentiza el proceso de oxidación. A pesar de que el vino, una vez abierto, no se puede guardar durante meses, esta medida sencilla puede ayudar a mantenerlo durante unos días más en condiciones más que aceptables.

No lo expongas al sol o a fuentes de luz

Otra de las grandes amenazas para el vino, además del oxígeno, es la luz. Exponer una botella abierta a la luz solar o a fuentes artificiales intensas puede acelerar su proceso de degradación. La riboflavina presente en el vino es especialmente sensible, ya que, en contacto con la luz, puede desencadenar reacciones químicas que provocan olores desagradables —como notas a cebolla o ajo— y un sabor apagado o insípido.

Por este motivo, podemos decir que, además de tapar la botella y guardarla en frío, conviene evitar cualquier fuente de luz directa. El refrigerador resulta un lugar ideal no sólo porque permite controlar la temperatura, sino también porque mantiene la botella, en vertical y en un entorno oscuro y estable. La clave reside en minimizar los factores que suelen alterar la integridad de un vino abierto.

Si alguna vez te has preguntado cómo conservar el vino tinto abierto y que no pierda calidad, ten en cuenta este consejo: cuanto menos expongas la botella a la luz y al calor, más probabilidades tendrás de que conserve sus propiedades durante más tiempo de lo habitual. 

¿Cuánto dura, aproximadamente, un vino abierto según su tipo?

Una pregunta bastante frecuente suele ser “¿cuánto dura realmente un vino abierto?” Lo cierto es que no existe una respuesta única, ya que depende del tipo de vino y de cómo lo hayamos conservado. Sin embargo, sí que podemos dar referencias generales que ayudan a orientarse. Por ejemplo, cuando hablamos de vinos blancos y rosados, lo habitual es que se mantengan en buen estado entre dos y tres días.

Ahora bien, cuando hablamos de tintos jóvenes, podemos decir que, gracias a su concentración de taninos, suelen aguantar hasta una semana si se conservan en frío y bien tapados. Por su parte, los tintos de crianza, reserva o gran reserva, por su complejidad aromática, suelen ser más sensibles. Por este motivo, lo ideal es consumirlos en un plazo máximo de tres o cuatro días. Por supuesto, el tiempo es aproximado y depende siempre de cómo se aplique cada una de las medidas anteriores que hemos mencionado, como el uso del tapado hermético, el almacenaje en condiciones de refrigeración y oscuridad y en posición vertical.

Conocer las características del vino es fundamental

Más allá de las técnicas, entender cómo conservar una botella de vino tinto abierta es también comprender la naturaleza de esta bebida. El vino es fruto de la tierra, del trabajo en la viña y de un proceso de elaboración que busca mantener la máxima calidad en cada botella. Respetarlo después de abrirlo es, de alguna manera, honrar todo el esfuerzo realizado por los profesionales del sector.

Por eso, a la hora de comprar y disfrutar un buen vino, conviene tener siempre presente la importancia de su conservación. En nuestro catálogo de vino tinto podrás encontrar una amplia gama de opciones, desde jóvenes frescos hasta reservas elegantes, y cada uno de ellos requiere unos cuidados distintos una vez abierto. 

En definitiva, si te preguntas cómo conservar el vino tinto abierto, es posible hacerlo realizando unas pequeñas acciones capaces de marcar la diferencia. No se trata únicamente de prolongar unos días más la vida de una botella, sino de asegurarnos de que cada copa que sirvamos conserve el carácter, los aromas y la calidad que el enólogo quiso transmitirnos al embotellarla.

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